Es lo primero que preocupa cuando uno toma la decisión de someterse a un tratamiento de este tipo y no es extraño, ya que supone una inversión importante. Pero saber cuánto cuesta un implante dental no solo ayudará a tomar una decisión correcta, sino que dará muchas pistas sobre la profesionalidad de quien lo realiza y de lo que incluye el tratamiento.
La implantología dental se ha extendido mucho en los últimos años, tanto que prácticamente todas las clínicas dentales realizan esta técnica. Pero no todas ofrecen lo mismo, aún con costes similares y eso es algo que hay que tener muy en cuenta.
Las diferencias entre los presupuestos llegan a ser muy significativas. Pero hay que ir mucho más allá de lo que las cifras pueden mostrarnos. Hay que analizar con minuciosidad cada presupuesto, porque no es difícil encontrar que el más barato de los que tenemos sobre la mesa no incluye las pruebas diagnósticas. Incluso hay casos de presupuestos absolutamente increíbles porque lo único que incluyen es el tornillo de fijación, ni cirugía, ni otros elementos como las coronas.
Para evitar sorpresas muy desagradables, que además, luego nos costarán mucho dinero, lo mejor es no comparar solo los precios, sino todo lo que se incluye en el presupuesto. Y, también, conviene preguntar el material del que estará hecho el implante, porque no todos son iguales.
El precio es importante, pero saber exactamente por lo que estamos pagando aún lo es más. Por eso no hay que guiarse por las ofertas que veamos, podemos encontrar casi tantos precios como clínicas dentales.
Para toda la vida
En cualquier caso, hay que tener claro que un implante no es una técnica barata. Se necesitan varios meses, pruebas diagnósticas, cirugías, prótesis temporales y muchas consultas hasta ver el tratamiento finalizado con éxito. Y todo ello tiene un coste lógico.
Sin embargo, la inversión siempre merece la pena porque un implante bien realizado es una solución definitiva a la pérdida de piezas dentales. Las prótesis removibles también son funcionales, pero no ofrecen la comodidad de un implante y, a la larga, pueden resultar tan caras o incluso más.
Un implante, si se cuida como una pieza dental cualquiera ofrecerá la misma bondades de un diente natural y durará muchos años. Una prótesis, en cambio, puede necesitar retoques e incluso cambios según se vayan produciendo cambios en la dentadura. Son, además mucho más incómodas, ya que por buena que sea la fijación nunca será tan segura como la de un implante.
No es de extrañar, por tanto, que cada vez más personas decidan realizar un esfuerzo económico para someterse a un tratamiento de implantología. Pero, como en todo lo que supone una fuerte inversión, hay que mirar y valorar varias ofertas antes de decidirse.
Más historias
Sector inmobiliario como foco principal para la inversión en México
¿Cómo aumentar la autoestima después de un divorcio?
Problemas que se resuelven con los implantes dentales