Muchos pueden preguntarse qué son las crisis de ansiedad e incluso llegar a confundirlas con la ansiedad en sí misma. Hay que tener claro que cuando se sufre una crisis de ansiedad la persona experimenta pánico o terror extremo que puede preocupar en exceso a la persona que sufre este episodio.
Generalmente, se trata de un problema que suele suceder en cuestión de segundos, y afecta de tal manera que no es raro que las primeras veces que sucede se confunda con un infarto, un mareo que puede llegar a provocar que la persona caiga al suelo o bien ahogo de forma repentina.
Las crisis de ansiedad pueden alcanzar su grado máximo cuando transcurren los dos o tres minutos, aunque existen casos donde incluso puede llegar a alargarse hasta los diez minutos. Este tipo de crisis puede producir una larga lista de síntomas como consecuencia del miedo intenso que siente la persona: temblores, sacudidas, falta de aliento, ahogo, opresión en el pecho, sofoco, escalofríos, palpitaciones, elevación de la frecuencia cardíaca, sensación de atragantamiento, hormigueo, entumecimiento, miedo a morir, entre otros.
Por norma general deben darse cuatro o más de los síntomas mencionados para considerarlo una crisis de ansiedad, en caso contrario se conocería como minicrisis o crisis de síntomas limitados. Las crisis de ansiedad pueden presentarse en situaciones de lo más dispares como en ascensores, cuando se mantiene una conversación con una persona de autoridad o atractiva, cuando se habla con extraños, en espacios abiertos, en ascensores, al ver una jeringuilla o bien una herida con sangre, entre muchas otras situaciones.
Las personas que padecen dichas fobias saben perfectamente que es muy probable que la crisis de ansiedad se vuelva a darse nuevamente. En otros casos las crisis pueden surgir sin que aparentemente haya habido ningún tipo de desencadenante.
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